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La democracia a la mexicana

Transformación de Sociedades

El 23 de noviembre de 1983 Enrique Krauze escribió: Por una democracia sin adjetivos, pronto se cumplirán 35 años de este documento que recapitula la evolución de la democracia en México desde el golpe de estado de Porfirio Días en 1876 y cien años después que nuestro país -incluso- fue reconocido como “El milagro mexicano” por su desempeño económico
Hoy es claro que la democracia requiere de adjetivos, ya que es evidente que cada país la “cocina” de manera diferente, y con múltiples especias y aderezos
En la democracia a la mexicana, nos han invadido las frecuentes encuestas que ahora se generan como bolillos cada semana, y las revisamos por encima, sin reparar en lo que hay detrás de ellas.
Leamos la letra chiquita de cualquier encuesta y veremos que a lo mucho la muestra es de 1200 a 2500 personas, de un total de 88 millones de mexicanos con credencial de elector, esto es un 0.0028% de todos los electores. ¿Y con eso queremos pronosticar los resultados del 1o de julio?
En teoría la muestra debe ser aleatoria en todo el territorio mexicano, para que hubiera representatividad, lo que implicaría tomar muestras al azar de 50 a 80 mexicanos por estado, solo que por sentido práctico, la mayoría de las encuestas se hacen telefónicamente lo que descarta de entrada a las personas que no tienen teléfono, o los millones de personas que no contestan a teléfonos desconocidos por temor a ser extorsionados en el peor de los casos, o en el “mejor”de los casos a ser mareado por un vendedor telefónico.
Sin duda vivimos una tormenta perfecta generada a fuego lento, por una sucesión de gobiernos que si bien han logrado muchas cosas positivas, también han quedado a deber en temas claves para poder sustentar el paso de México hacia llegar ser un país desarrollado.
Los indecisos, los que no piensan votar, los que piensan anular su voto, quienes votan por primera vez, los de la tercera edad que han vivido lo que está en los libros como la historia de la democracia en México, y así le podemos seguir, identificando sub grupos que prácticamente tienen en sus manos el lograr -quizá con 30 o 35 millones de votos- definir quien será el siguiente presidente de México.
No olvidemos que Enrique Peña Nieto, “gano” la elección con tan solo 19 millones de votos de un total de 80 millones de posibles votantes esto es con un 23.7% de los electores, ¿por qué? Porque en el 2012 NO votaron el 37% de los posibles electores, esto es ¡29.6 millones de votos!
De 80 millones en números redondos: 20 votaron por Peña Nieto, 30 se abstuvieron de votar, y otros 30 votaron por otros candidatos, lo quiere decir que el 75% de los mexicanos NO aprobaron que Peña Nieto fuera presidente. Extraña democracia ¿o no?
Como un analista comentó recientemente: Las elecciones se ganan o se pierden el día de la elección.
Estamos a pocos días del 1º de julio, es el mejor momento para que en lugar de seguir mareados por tantas encuestas, nos enfoquemos en revisar con detenimiento las propuestas de los cuatro candidatos, y decidir de manera razonada nuestro voto, y dejar atrás la indecisión o abstención… que por cierto según la encuesta que veamos, pueden llegar a ser entre 20 y 30% del padrón electoral (88 millones de posibles electores en este 2018).
De nosotros depende el no volver a tener un presidente que sea elegido por una minoría de votos, digamos ¡NO!, al abstencionismo, y estemos listos para participar en esta jornada electoral histórica. ¡México cuenta con tu voto!
 

https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_federales_en_México_de_2012